Llevaban 26 y 20 años trabajando en Mercadona Almuñécar, pero hicieron algo que la empresa consideró una falta insalvable por lo que decidieron despedirlos. Adela Olivares y Salvador Pagés son dos trabajadores con veteranía, dedicación y experiencia, que acaban de sufrir una “injusta” situación, “después de tantos años cargando cajas de frutas y cortando embutidos”, afirman entre lágrimas.
Sus vecinos, amigos y algunos compañeros, no todos los que quisieran, además de varios representantes políticos, municipales y sindicales, como Luis Aragón, Rocío Palacios, Alberto M. García Gilabert o Antonia López, han querido acompañarles y solidarizarse con ellos, acudiendo de forma masiva a las puertas de esta gran superficie, para mostrar su malestar y pedir a la empresa “que reconsideren la decisión”, que muchos nos tememos, será irreversible.
Nos cuentan que “el pasado 3 de agosto Adela y yo recibimos la carta de despido por unos motivos exagerados y multiplicados por cien. Es cierto que yo me subí a la elevadora porque se volcaba un palé y que Adela le dio al botón, no subí más de 50 o 60 cm, porque el almacén no tiene altura para subir lo que ellos dicen”, afirma Salva. “Pero si es verdad que ya me querían echar, habría sido más fácil que se sentaran conmigo y me lo hubieran dicho”.
Por su parte, Adela Olivares considera todo esto una injusticia. “Yo estaba allí cuando se cayó el palé de papel porque iba a por frutas y al salir de la cámara me pidió que le diera al botón para que lo bajara. Y por eso, por darle a ese botón, estoy en la calle”.
“Creo que hemos sido cabezas de turco, que querían echar a gente y nosotros, con un currículum intachable durante más de 26 años hemos sido las víctimas, y por un error sin ningún tipo de gravedad ni consecuencias han ignorado todo el trabajo realizado a lo largo de los años”, añade entre lágrimas.
Los vecinos, entre gritos de NO A LOS DESPIDOS, READMISIÓN INMEDIATA o “NO COMPREMOS EN MERCADONA”, criticaban la actitud de la encargada que les sancionó, la de la empresa que no tiene en cuenta a sus trabajadores y la prevalencia de “las cifras ante las personas”.
Una ex trabajadora que afirmaba “yo también fui victimas de la crueldad de Mercadona con sus trabajadores al igual que otro compañero que echaron hace unos años”, relataba que para “esta empresa somos números en un gráfico de balance positivo o negativo y nada más”.
Los vecinos indignados entraron en el interior para pedir hojas de reclamaciones donde manifestar su rechazo a los despidos y el apoyo a los dos trabajadores, pero después de que se registraran algunas los encargados del establecimiento les dijeron que no les quedaban, razón por la que denunciaron ante la Guardia Civil la negativa de la empresa a entregarles estas hojas obligatorias, y los agentes acudieron para formalizar la denuncia y pedir a los manifestantes que se disolvieran.
Por nuestra parte quisimos contrastar la información de los trabajadores con los responsables de la empresa y nos dijeron que “el despido sigue adelante por motivos de incumplimiento de nuestras normas de seguridad y por respeto a los dos trabajadores no daremos más información que esta sobre lo sucedido”, afirmaban.
En los próximos días se volverán a convocar concentraciones ciudadanas de protesta, en un intento de presión para que los trabajadores sean readmitidos.