La Guardia Civil ha investigado al propietario de un invernadero de Albuñol, un hombre de treinta y ocho años de edad, como presunto autor de un delito de contrabando tras descubrir que dentro de la instalación escondía una embarcación prohibida.

La embarcación intervenida es lo que se conoce como “narcolancha”, es una embarcación semirrígida de 8 metros de eslora y un motor fuera borda de 350 CV sin matrícula alguna, ni documentación que la ampare.

La Guardia Civil descubrió la embarcación el pasado día 23 de abril en un invernadero del Pozuelo-Albuñol, situado junto a la antigua N-340 y junto al mar. A los agentes les sorprendió que todo el perímetro del invernadero estuviera cerrado con tela de rafia y con placas de policarbonato que impedían ver qué había en el interior. Tras acceder al invernadero descubrieron la “narcolancha” en un remolque, dos remolques más, 18 garrafas de combustible vacías y una máquina retroexcavadora cuya pala había sido modificada para mover el remolque con la embarcación, y que no había planta alguna que creciera allí dentro. Es decir, el invernadero solo se usaba como almacén.

Los agentes del Área de Investigación de la Guardia Civil de Motril constataron que la tierra que hay entre la playa y el invernadero había sido removida para facilitar el movimiento de la embarcación, tanto para encerrarla como para botarla al mar.

Los investigadores han averiguado que el invernadero había sido arrendado. Han localizado al arrendatario y este ha sido detenido por un delito de contrabando.

La embarcación ha sido intervenida y depositada en un depósito judicial en la provincia de Almería.

La investigación sigue abierta y no se descarta que pueda haber más personas investigadas.