
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) informa de la llegada de un episodio de calor muy intenso, más propio del mes de julio que de este tramo final de mayo.
Este cambio climatológico viene provocado por la instalación de un robusto anticiclón centrado en las Azores que bloqueará la entrada de frentes atlánticos dejando la atmósfera en manos del sol.
Este sistema de altas presiones, al extender su influencia sobre la Península, se traduce en cielos despejados, ausencia de lluvias y una radiación solar sin obstáculos. Así, las máximas irán escalando día tras día, hasta rozar los umbrales más extremos de este incipiente verano.
El martes 27, las temperaturas ya marcarán registros propios de julio en varias regiones: se esperan entre 36 y 38 ºC en el valle del Guadalquivir y cerca de 35 ºC en el Guadiana. Pero lo peor llegará a partir del miércoles 28, cuando la situación atmosférica se verá alterada por un fenómeno tan conocido como temido en estas latitudes.
La entrada de una masa de aire sahariano llegará como una DANA de extremo calor situada entre Canarias y el Golfo de Cádiz actuará como catalizador, favoreciendo la advección de aire cálido, seco y cargado de partículas en suspensión desde el norte de África hacia el sur peninsular y, de ahí, al interior.
Y no será una mera subida puntual del mercurio. Será una irrupción progresiva, implacable, de altísimas temperaturas.