Como muchos sabéis, FITUR es un espacio de encuentro para los profesionales del sector turístico que se celebra cada año en Madrid. Una feria expositora creada para dar a conocer la oferta turística de municipios, provincias, comunidades y países, así como las novedades de las empresas del sector como las cadenas hoteleras, navieras o líneas aéreas del mundo entero.
Hay un chascarrillo que afirma que “si no vas a FITUR no existes como destino turístico”, pero también otro describe una parte de FITUR como la “Feria de las vanidades políticas”. Creo que ambas afirmaciones son acertadas en su justa medida.
Centrémonos en una edición cualquiera, la de 2023.
Después de la pandemia, de las ausencias, el distanciamiento y las mascarillas, asistir a este encuentro era necesario para profesionales y representantes políticos. Se trataba de “regresar a la vida profesional del encuentro, del negocio, de las presentaciones y lanzamiento de proyectos, pero también de dejarse ver y competir por la mejor apuesta. No podemos olvidar que este es un año electoral y nadie que tenga responsabilidad y aspiraciones políticas podía faltar.
En esta edición, la más concurrida de la última década – según mi opinión o punto de vista- IFEMA y sus 9 pabellones han acogido a la mayor parte de un planeta que no se ha acabado por una pandemia. A unos países, ciudades, empresas que necesitaban mostrarse y venderse entre ellos porque la vida ha seguido y hay que celebrarlo viajando, disfrutando y viviendo más intensamente.
Todos, absolutamente todos, ha echado el resto en sus stands, han invertido en fantásticas exposiciones, han apostado por mantener encuentros con la realidad empresarial porque hay que recuperar la marcha perdida cuanto antes.
Si se han hecho o no negocios, si los políticos se han lucido más o menos, si se han vendido proyectos que no sabemos si algún día serán una realidad o seguirán siendo proyectos durante décadas nadie lo sabe. Lo que sí me ha quedado claro de esta edición de FITUR es que hay mucho por ver y disfrutar. Que hay rincones maravillosos a nuestro alrededor que desconocemos “por vagos”. Que hay ciudades apasionantes que no visitamos “por no gastar más de la cuenta”. Que existen países exóticos y alucinantes que “debería estar prohibido” no conocer. Y que hay millones de opciones de viajar al alcance de la mayoría de la sociedad.
No sería sensata hablar de viajar y disfrutar sin tener en cuenta que no todo el mundo puede hacerlo. Que la crisis económica y energética mundial afecta a muchos millones de personas. Que hay países del tercer mundo que vive en la más absoluta pobreza y que las colas del hambre aumentan y avanzan cada día en nuestros pueblos y ciudades. Ellos nunca irán a FITUR ni les interesa lo que estoy contándoos.
Yo sólo venía ha contaros que si queréis conocer el mundo, si queréis que vuestra ciudad sea visitada, si buscáis la fórmula para presentar vuestro proyecto a los que pueden llevarlo a cabo, o si pretendéis que os conozcan, os vean y os tengan en cuenta los que toman decisiones, hay que acudir a FITUR. Es así de simple.
Podréis estar un día para llevar a cabo una reunión de trabajo o diez, o quedaros más y pasear por una exposición de lugares maravillosos. Si lo hacéis bien tendréis a los medios de comunicación a vuestra disposición y si no, puede que el viaje a Madrid os sirva para reencontraros con el mundo de los negocios, para disfrutar de una buena cena, o vivir la farándula de la capital. Sea para lo que sea, esa escapada de unos días a una de las ciudades más vivas del mundo, habrá merecido la pena.
Si nos ha gustado la imagen del stand de Granada, si queríamos una gran imagen de playa, si es tan importante salir en la foto, o quien y cómo se paga la asistencia y el dispendio, eso es otra cosa que merece un capítulo aparte.