Les hemos visto por la calle, controlando el tráfico en los días de Semana Santa, vigilando que no sucediera ningún altercado y que todo transcurriera en orden. Son los agentes de la Policía Local, Protección Civil, Guardia Civil y el equipo sanitario del Centro de Salud de Almuñécar.
Parece que nunca son valorados pero ahí están. Año tras año durante toda una vida. Y por eso es justo que, aunque sea su trabajo y cobren por ello, les demos las gracias.
Caso a parte es el de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil creada en 1991, siempre como voluntarios y sin remuneración alguna por su labor.
Pero estas palabras de agradecimiento van hoy especialmente dirigidas a dos Policías de Almuñécar que han visto sus últimas procesiones trabajando y de uniforme. Son José Antonio Rivas Ligero y Francisco Bertos Solera.
Al primero le conocen prácticamente todos, es almuñequero y en su entorno le llaman Chiqui. Lleva desde 1983 en el cuerpo de la Policía Local de Almuñécar, “toda una vida”. Se jubila después del verano pero este año decía adiós a patrullar en Semana Santa junto a su compañero Paco, que procedente de Granada, lleva 7 años entre nosotros. A este la jubilación le viene antes, en unas semanas, por lo que se mostraba muy feliz porque “ya me ha llegado el momento de disfrutar, de no calentarme la cabeza y viajar tranquilo” que es lo que más le apetece.
En el día a día de un pueblo, los que se encargan de nuestra seguridad son personas cercanas, y aunque en ocasiones se muestran excesivamente autoritarios y rígidos, otras, cuando se les necesita, les recibimos como a nuestros ángeles de la guarda, y aunque bien es cierto que nos gustaría que hubiera más, que se les viera patrullando por nuestras calles y que tuvieran una presencia mayor, son los que son y les estamos agradecidos.