Se trata de una de las herramientas más importantes en las que se ha venido trabajando desde el área municipal de Igualdad , convirtiendo así a Salobreña en uno de los pocos municipios granadinos en contar con un dicho Protocolo.
El pleno además ha aprobado las ordenanzas reguladoras de las casas de la Cultura del municipio y la Escuela de Música.

Tras un año de intensas reuniones de trabajo de la Comisión municipal, formada por todos los agentes sociales e instituciones implicadas en un caso de violencia, y una vez presentado ante el Consejo de Igualdad, el pleno ha ratificado de forma definitiva el Protocolo de Coordinación para la Prevención y atención a las Víctimas de Violencia de Género.

Coordinado por el área de Igualdad, Salobreña se convierte así en una de las pocas localidades de la provincia en contar con esta herramienta que permitirá una mayor eficacia y calidad en la acción pública dirigida a erradicar la violencia de género, ha afirmado la alcaldesa de la Villa, Mª Eugenia Rufino, añadiendo “que si bien en la práctica se vienen aplicando”, lo que ha hecho el pleno es darle forma jurídica a este procedimiento para la actuación en los casos de violencia de género en el municipio”.
En definitiva, se trata de una hoja de ruta que incluye a todas las instituciones y agentes implicados, pues reúne tanto a cuerpos de seguridad como a centros escolares, expertos o servicios sanitarios y sociales, entre otros. “Lo que se pretende es que todos estén interconectados y todos conozcan qué servicios prestan los demás para dar una atención integral a las víctimas.”

El pleno extraordinario ha contado con otros puntos en el orden del día, donde mayoritariamente se trataba de regular actividades que ya se venían desarrollando en centros municipales, pero que no estaban recogidas en ordenanzas. Es el caso de las casas de la Cultura de Salobreña, Lobres y La Caleta, y de la Escuela Municipal de Música.

Para todos estos centros se ha aprobado la ordenanza reguladora, por una parte, y también la ordenanza del precio público de las actividades que allí se realizan, como los talleres de El Cultural o las clases de la Escuela de Música.
Según explica Rufino, desde el comienzo del mandato se había detectado que muchas áreas del Consistorio funcionaban o bien sin ordenanza o bien con ordenanzas obsoletas que requerían de una renovación. También se daba el caso de que tenían ordenanza fiscal, pero no reguladora.